A
veces, predispones, supones, piensas en lo peor, eso te ayuda a seguir con los
pies en la tierra, a no ilusionarte aunque ya lo estés. Al menos, cuando todo
haya acabo, la caída será más pequeña, el dolor será menor, o eso esperas.
Sin
embargo, algo te dice que lo dejes ir, que lo dejes pasar, que no luches más
porque esto no va a ninguna parte. Ya ha fracaso dos veces sin haber ocurrido,
¿qué te hace pensar que podría eso cambiar?
Realmente,
no sé por qué luchas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario