martes, 18 de septiembre de 2012

ALGÚN DÍA TENDRÉ EL VALOR DE PREGUNTARTELO. Y HOY ES ESE DÍA.



Y aquí me hallo, a las 4:13 de la madrugada, tras varias horas de intentar dormir debido al insomnio. Tras mantener una charla demasiado importante a estas horas y dejarme como poco, nerviosa. Tras pillarme mi madre y mandarme a estudiar… cosa que tampoco puedo hacer debido al insomnio (mínimo de los problemas) y el nerviosismo extremo.
Y todo este embrollo debido a una inocente palabra tal como “vente”.  La cual ha salido disparada en mi cabeza hacia el botón PARANOIA y claro… Yo no podía hacer otra cosa que rallarme y preguntar sobre hechos ya pasados pero que siempre me pregunté y que hoy, a las 3 de la mañana, tuve el valor de preguntar.
Y las respuestas eran exactamente las que yo quería oír (aún sin saberlo, supongo), las que deseaba oír, y mi nerviosismo aumentaba por momentos. Ganas de volver atrás, retomar el pasado, corregir todos esos errores y no dejar ir esas cosas que tanto echamos de menos.
Y es que, después de soltarlo todo, solo tienes ganas de gritar, de ir a ese sitio de la playa que tanto te gusta para aclarar tus ideas, para tomar la decisión correcta pero, sabes que quieres arriesgarlo todo a una carta, quieres intentarlo.
No sabes como saldrá, si irá bien o mal, pero valdrá la pena intentarlo porque quien no arriesga, no gana.

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