Y aquí me hallo, a las 4:13 de la madrugada,
tras varias horas de intentar dormir debido al insomnio. Tras mantener una
charla demasiado importante a estas horas y dejarme como poco, nerviosa. Tras
pillarme mi madre y mandarme a estudiar… cosa que tampoco puedo hacer debido al
insomnio (mínimo de los problemas) y el nerviosismo extremo.
Y todo este embrollo debido a una inocente
palabra tal como “vente”. La cual ha
salido disparada en mi cabeza hacia el botón PARANOIA y claro… Yo no podía
hacer otra cosa que rallarme y preguntar sobre hechos ya pasados pero que
siempre me pregunté y que hoy, a las 3 de la mañana, tuve el valor de
preguntar.
Y las respuestas eran exactamente las que yo
quería oír (aún sin saberlo, supongo), las que deseaba oír, y mi nerviosismo
aumentaba por momentos. Ganas de volver atrás, retomar el pasado, corregir
todos esos errores y no dejar ir esas cosas que tanto echamos de menos.
Y es que, después de soltarlo todo, solo
tienes ganas de gritar, de ir a ese sitio de la playa que tanto te gusta para
aclarar tus ideas, para tomar la decisión correcta pero, sabes que quieres
arriesgarlo todo a una carta, quieres intentarlo.
No sabes como saldrá, si irá bien o mal, pero
valdrá la pena intentarlo porque quien no arriesga, no gana.
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