domingo, 9 de septiembre de 2012

Juego de niños.


¿Sabes? Decidí ponerme la gran barrera contigo. No entablar relación más allá de las bromas. Extraño en mi, ya que siempre soy la primera en entablar ese tipo de relaciones.

Pero sabía que si no era así, ocurriría lo de siempre. Yo acabaría lastimada, y no, ya no quería volver a estarlo más.

Pero, a pesar de todo, quería hablar contigo, quería conocerte. Y aunque yo era la más borde de todas… esa barrera fue desapareciendo poco a poco… fue desapareciendo sin darme cuenta… cada vez me gustaba más que me hablarás, quería que lo hicieras y si no era así, una furia dentro de mi se desataba…

Era extraño, estabas lejos, pero había noches que nos pasábamos horas y horas hablando y parecían minutos… pero lo que es aún más extraordinario, te sentía cerca… Y como ya he dicho… esa barrera, para mi parecer desapareció un día… un día en el cual no me importó decirte mil y una cosa… No diré que estuve cariñosa, pero se acercaba a ello bastante.

Al día siguiente, me arrepentí de ello enormemente. Algo cambió, no voy a mencionar que… pero ya todas tus palabras me parecían falsas… me había vuelto una borde otra vez… pero no sé como lo hacías… pero volvías de nuevo a conseguir romper eso… con tus palabras, tus bromas, tu voz, tu cara… y es que nunca me creeré que esa carita infantil tiene esa voz de hombre. Porque me encanta ese acento mezclado. Y sí, muchas veces lo he negado y lo seguiré negando, pero ahora mismo, aquí, diré que me encanta tu voz, que me encanta que me piques, que me encanta intentar ponerte celoso y me encanta que me llames, me encanta escucharte y me pongo idiota cuando me dices esas cosas… pero NO. Se acabó. No puedo seguir así.

SE ACABÓ. Porque yo no estoy aquí para perder mi valioso tiempo con juegos de niños pequeños. No quiero otra noche enfurruñada porque al niño pequeño le dio por no aburrirse… y yo estar así, pasándolo mal, sintiéndome idiota.


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